Yo llegué a vivir sin tiempo ni
efecto aceptando el dolor de haber nacido llegué con el sol alto,
con la luna plena, con gaviotas de papel en las
mejillas.
Y nunca supe si el frondoso bosque amaba
de verdad a sus raíces e ignoré el color del arco iris y las flechas
de la lluvia en el techo.
Desconocí las espigas, los tormentos, las gredas, las
colmenas y el martillo Y olvidé reconocer en las aristas la voz
cadenciosa de la sangre.
Y fui dando tumbos de sol a luna de
lluvia a lodo... sin sentido.
Y, entonces, descubrí que vivir es un estado que nacer
es luchar codo a codo con la risa, con el llanto con tu todo, frente
a frente.
María Cristina Aliaga Luna Chile Obras protegidas por el derecho de Autor / Registro
Propiedad Intelectual de Chile N· 125119 y 125120 del 01. 04.
2003.
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