Eras
tú, La Mujer
la que parió y pidió prestado.
Eras
como una canción callada
en el cielo de mi
infancia
y mis manos en las tuyas
sabían de rondas
y ecos infantiles.
Quizás , el tiempo
me hizo no
entender
tu dolor, tu alegría
porque tan lejos
estuvimos
que no vi el gato ronronear en tu
falda
ni tu cielo tan lleno de nocturnas
cigarras.
Y te fuiste un día sin
conocerte
con aromas de tristezas en los dedos
con
llanto en las pupilas y mi amor tras de ti
como perro
fiel pisándote la huella.
Cuánto añoré tu mano en mi
pelo
y tu beso frío en la frente que ardía
y que
la vida hurtó en olvidos nublados.
y aquí, sola
estoy, oscura, casi invisible
cómo árbol sin sombra,
como semilla sin tierra
llena de suspiros y
dolores.
No
olvides que un día quise ser tu dolor,
tu otro
yo.
Decirte que eras la piedra que me sostiene
que
mis huesos se lamentan no haber adivinado
la muda
palabra que tu boca pequeña calló.
Decirte, que tú
Mamá eres mi herida
mi dolor, mi angustia
prendida porque sin ti
me pena lo que no pudo
ser
lo que no quisimos que fuera
y hoy,
arrepentida estoy hasta los huesos
de la soledad que
nos buscamos.
Y voy
camino arriba y camino abajo
en un canto de dudas y
temores
marcando el tiempo que quiero dejar
y
busco tu beso, tu beso perdido
y ofrezco mi frente,
mis manos
mi cuerpo dolido a tus labios ya
idos.
Mamá ,yo no puedo
olvidar
el eco de tu voz arrastrando las
penas,
los años de amores y tristes pasiones.
No
puedo olvidar el pasado
porque mis huesos te
arrastran conmigo
y voy perdida y me hundo
en tus
últimos gemidos y busco tu mano,
tu mirada y tu
rostro lo envuelvo en soñadas caricias.
Porque tú
eras , entonces.
Eras ojos, eras vida,
toda fruta
y ave naciendo,
eras el olor a canela y la mesa
bordada
y mecías dormida los sueños de niños
y...
entonces... yo, descansaba tranquila.
y hoy, el
tiempo, cansado, ruinoso
me dice que nunca, nunca más
madre mía,
nunca más estarás a mi lado.
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125119 y 125120 del 01. 04.
2003 |