Dicen que allá viene la Loca,
la misma que agonizó de amores
y estuvo en el purgatorio de su propia muerte
escalando montañas de sueños y desplomándose
en efluvios de inmensa soledad.
Allí va la Loca-como le llaman-
y de sus ojos huracanados y silenciosos
van cayendo telares de recuerdos y
lágrimas de su propio exilio interior.
Allí va la Loca, sonriendo
y de su boca descuélganse maravillosas
palabras de extraños mares alargados,
miles de espigas que al contacto del sol
renacen en fogosos vocablos de amor
que nadie entiende o nadie quiere saber
porque nadie sabe y conoce de lenguas extrañas.
II
Allí va la Loca, la de sombras y grilletes,
la misma que va hilando entre sus fuegos
manantiales de besos amanecidos y perdidos.
y va humedeciendo de horas y siglos
un manojo de estrellas que irisan sus pupilas.
Allí va la Loca, la que nadie comprende
la que va tañendo azules madrugadas
en su laúd poblado de quimeras.
Allí va la Loca, la misma muchacha
Que quedóse sola y madurando sus penas
en la tarde plomiza de una esquina olvidada.
¡!Ay, ahí va la loca cargando en sus alforjas,
la eterna mansedumbre de las olas en el crepúsculo
y se convierte sin que nadie lo sepa
en ríos, en guijarros, en estelas plateadas
que repletan el abismo de penumbras
que aúllan en su noche tan eterna.
Ahí, va la loca, la vendedora de sueños,
azules, verdes, celeste y dorados,
todos los que quieras y anheles.
Ella los guarda en su fantástico morral
y los va extrayendo uno a uno
como si en eso se le fuera la vida.
Y escapan de sus dedos infinitos
mi sueño y tu sueño y el sueño de todos.
Allí se han volcado las trampas y las agonías,
los cadáveres que nadie puede olvidar,
y en su propia desnudez se vislumbra
la universal palabra de todos los tiempos:
amor, violencia, ira, perdón, sueños,
consumación, torturas, llantos, dolores
Allí se perpetua la eterna memoria de mil noches.
III
AL final del día, la Loca, mi Loca
se acurruca en su enorme mantón plateado
para seguir ofreciendo todos los sueños
que de su cristalino corazón nacen
y me mira y yo la miro
y la emoción del momento nos humedece el alma.
¡!Ay, ay!!
¿En qué cree la Loca?
¿En qué mundo vive mi Loca?
Sólo yo sé cuando la música le desgarra el alma
hurga, hurga en su mente y espera poder encontrar su
destino-nuestro destino-
pobre mi loca-loca, pobre gata mancillada,
abandonada, violada en una dictadura
que le marcó hasta los genes.
Ahora la música venida desde tan lejos, la estremece
y viene a sacar jirones de su propia piel,
la misma que me pertenece por días
y que por instantes se escapa y deja el esqueleto
desnudo, vacío de sueños, ahogado en lágrimas
y de tantas cosas que sí fueron hermosas.
Ahora la música repta, repta como loco gusanillo
por todo el cuerpo y se detiene justo allí:
al ladito del corazón que encabritado salta y observa como los
dedos corren locos en el teclado,
mientras mi loca no levanta la vista de el.
Dice la música que hay un deber en ésta vida
Y a los deberes hay que desangrarlos,
apurar la sangría para que limpie todo
y se deslice prístina, como agua del estero.
Sí, porque en los últimos tiempos mi. loca, mi pobre loca
se ha estado desangrando en lágrimas,
en millones de lágrimas,
de todos los colores del mundo
blancas o negras como en los circos,
calipsos, azules Y verdes como la esperanza,
gotas de dolor
que se deslizan poco visibles por las mejillas
Y la bañan entera.
¿ese es el bálsamo que necesitaba mi pobre Loca?
IV
¡¿Quién es ella, quién es, de adonde vino
Por qué gotea como el otoño
así como los árboles lloran su propia desnudez’
Aquí va mi loca, la loca
que quiso ser dulce y jamás lo logró
y es el estigma que llevará
hasta el día en que se encuentre con la Parca.
Hoy, mi Loca se ha vestido de acero y algodón,
de mármol, de granito y hasta de hiel,
pero aún así le cuesta escalar las borrascosas
colinas que se enredan en sus días.
Mi dulce loca, ha guardado su fiera,
aquella que tuvo que soltar una vez en la vida
para sobrevivir.
Mi loca no quiere que vuelvan a nacer los recuerdos,
los cadáveres, los mutilados, torturados
y olvidados.
Nunca lo quiere y nunca lo quiso
y deambula por la vida en busca
de lo ya partido.
Allí va la loca, la misma-que un día sí que fue dulce-
y que una tarde sin querer dejó caer su morral y
aparecieron vivos los fantasmas de un ayer y no pudo
enfrentarlos.
Y no hubo cajas doradas para esconderse.
Y fue desnudando su alma, lento, lento
Y de su piel fueron cayendo azahares de esperanzas,
remembranzas que no quiso ver
y la música vuelve a los oídos y la viste de otoño,
bajo la lluvia que no nos quiere abandonar
bajo la niebla que se hace más densa,
bajo los sueños que se escabullen
entre las hojas dormidas,
bajo la música que no cesa de desnudarla
y la lluvia pareciera estar lavándole el espíritu.
Aquí, está mi loca, mi loca de siempre.
Ahí va la Loca...
Esa loca que un día
todos llevamos adentro.
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